Tras 60 años subidos al escenario, “Sus Satánicas Majestades” siguen manteniendo la viveza de unos veinteañeros. Los movimientos y voz de Mick Jagger y la intacta virtuosidad de Ron Wood y Keith Richards a la guitarra, hacen que dé igual que los miembros de la legendaria banda de rock rocen los 80 años.
Más de 45.000 personas se congregaron en el estadio Wanda Metropolitano (Madrid) el pasado miércoles para disfrutar de los inmortales Rolling Stones. El concierto arrancó algo después de las 22:15, tras los teloneros Sidonie (que desentonaba un poco con el carácter del concierto) y Vargas Blues Band, que calentaron el ambiente. De tal forma que, en cuanto sonó el primer rugido de la guitarra de Keith Richards, el estadio se volvió loco. Unas imágenes de Charlie Watts, mítico batería de la banda que falleció en agosto del año pasado, aparecieron en las pantallas mientras Mick Jagger decía unas palabras en su honor: “We miss you Charlie”. Y es que, de la formación original del 62 se mantienen tan solo Mick Jagger y Keith Richards, por lo que en este concierto tocaron junto a ellos y Ron Wood el bajista Darryl Jones, el batería Steve Jordan y el pianista Chuck Leavell, quienes dieron la talla sin ninguna duda.
El público, aunque no fue especialmente enérgico exceptuando los temas más conocidos como Paint it, Black o Simpathy For The Devil), sí destacaba por lo heterogéneo que era, encontrábamos gente de todas las edades, nacionalidades y estilos, unidos al corear canciones como Miss You. La complicidad entre Ron Wood y Keith Richards se mantuvo todo el concierto con bromas entre ellos, conversaciones de guitarra y miradas cómplice. Además, todos ellos parecían cómodos tocando en Madrid y pudimos ver a Mick Jagger esforzándose por decir bastantes frases en español a lo largo del concierto. El escenario se encontraba dentro de un gran recorte con la forma de su característico logo (la boca con la lengua fuera), con dos pantallas pequeñas a los lados y una grande en el centro, todas ellas con gran resolución. Algo que resultó muy práctico, ya que el escenario se encontraba un poco bajo para tratarse de un estadio tan grande, y las personas con menos altura pudieron tener dificultad para disfrutar de los artistas en carne y hueso. Por otro lado, la acústica general del estadio fue de gran calidad, permitiendo apreciar la voz del cantante y los solos de guitarra con todo lujo de detalles. Después de unas 2 horas y cuarto de concierto, la banda remató con los temas Gimme Shelter y (I can´t get no) Satisfaction, que dejaron, sin duda, un buen sabor de boca a todo el público.
Los Rolling continuarán su gira en Múnich, Alemania, seguido de otros 12 conciertos hasta terminar la gira “Sixty” en Estocolmo, Suecia. Y quién sabe, puede que esta sea definitivamente su última gira o puede que, como de costumbre, solo se trate de la “penúltima”.
- Escrito por Álvaro Pajares Sesmero
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